lunes, 1 de agosto de 2011

Para los apasionados del deporte subacuatico el oriente asturiano

Al contrario que en occidente, en esta parte del litoral asturiano es posible encontrar algunos centros de buceo que periódicamente hacen salidas, centros que están situados en localidades como Gijón, Lastres y Ribadesella y que tienen localizados bastantes puntos de inmersión muy recomendables, como el pecio Nereida, un buceo profundo -unos 40 metros- sólo apto para submarinistas con experiencia. Sin embargo, si hay alguna zona de buceo que personalmente destacaría del oriente asturiano, es la zona comprendida entre Llanes y la frontera con Santander, hasta el concejo de Rivadedeva. Allí, el único centro de buceo que hay en toda la zona es el de Todonorte (todonorte.com), dirigido por un gran profesional como es Toño Puertas, y que está situado en Bustio, exactamente en la desembocadura del río Cares-Deva, en una finca a las faldas de una montaña, entre un bosque de robles, castaños, acacias y alces. La subida de marea permite que se pueda salir, al menos dos veces diarias, en zodiac desde la misma casa rural donde está ubicado el centro, a pie de la Ría Tina Mayor. Ya sólo por el paisaje que ofrecen los cinco minutos de recorrido por el río, entre bosques y acantilados, hasta salir al mar, vale la pena cualquier inmersión. 

A menos de 20 minutos de travesía se encuentra la zona de buceo, concentrada en un área comprendida entre los islotes de Pesues y El Castrón de Santiuste, que ofrece algo más de una decena de inmersiones bien diferenciadas, aunque los buceos más recomendables están a tan sólo 10 minutos del centro y se localizan en el ecosistema de especial protección de los Acantilados de San Emeterio. Acantilados vírgenes plagados de cañones, túneles y cuevas submarinos que hacen que el paisaje durante el buceo sea espectacular. Aunque la zona está muy machacada por los aficionados a la pesca submarina y los pequeños pescadores de los alrededores, aún se puede encontrar una gran cantidad de vida que sorprende por su tamaño, vitalidad y colorido. En los agujeros de las cuevas es muy fácil encontrarse con confiados congrios de considerables dimensiones, a los que suelen acompañar algún imponente bogabante con pinzas tan grandes como un antebrazo de hombre. Las pastinacas también son muy comunes en este lugar, que descansan pacientemente entre la arena y las piedras esperando que un ejército de gambas efectuén el servicio de limpieza habitual. Las rocas están completamente tapizadas por erizos multicolores, entre los que pueden encontrarse ondulantes anémonas que hacen bailar sus melenas de tentáculos a las leves corrientes dominantes. En los cañones y las cuevas, sorprende encontrase los techos y las paredes forrados de exuberantes esponjas anaranjadas y de las rojizas anémonas. 
La Costa Verde, a pesar de la carencia de programas de protección gubernamentales, de las elevada explotación pesquera y de los pescasub, sigue manteniendo en sus fondos un verdadero vergel donde la vida nace en cualquier rincón. Asturias: paraíso natural... también bajo el mar.


http://www.buceo21.com/REPORTAJES/turismo/costaverde.htm

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